jueves, 27 de mayo de 2010

Nuevas Andanzas y Desventuras de Lazarillo de Tormes




Por Diego del Pozo


La novela picaresca de Camilo José Cela sería un homenaje a la historia picaresca. Donde la asimilación estaría dada en el borde de la cita, siendo una estilización del Lazarillo de Tormes original.

En el primer párrafo del Lazarillo de Cela se nos adelanta “Me encontré cierto día con un libro que hablaba de un Lázaro de Tormes que seguramente ya habrá muerto y que si vive deberá ser muy viejo” (Cela, 25), es un nuevo Lazarillo no solo nuevas andanzas y desventuras las que se nos presenta.

El Lazarillo de Tormes como la primera novela picaresca se lleva todos los méritos, sin embargo luego de la publicación del Guzmán de Alfarache, las características clásicas del género se vieron completamente retratadas. Cuál sería la gracia de reescribir un Lazarillo a más de trescientos años de su aparición, existiendo ya un completo desarrollo de la novela picaresca .

El Lázaro de la novela de Cela es sin duda diferente al anterior, menos inocente desde un principio, roba para escapar a la vida picaresca, es más precavido, más cauto e incluso más considerado con los demás. El Lázaro de Cela tiene más conciencia de sociedad, no vive en base a sí mismo, se preocupa del bienestar de los otros. Su existencia está condicionada por los sucesos de los otros, de esto modo a pesar de estar narrado en primera persona las preocupaciones no son exactamente de la primera persona. Este nuevo Lázaro no se rige por el hambre como el anterior, sino que por la conveniencia y las ganas de vivir en el camino. De características románticas, donde el personaje quiere buscar un horizonte sin porvenir, el nuevo Lázaro abandona la vida pastoril que mucha libertad le ofrecía para cambiarla por la incertidumbre.

El diálogo con discursos anteriores fue muy bien tratado por el teórico ruso Mijail Bajtín, la asimilación es el proceso que él denomina para clasificar el tipo de relación que hay entre el nuevo comunicado y el texto con el cual dialoga.

Mijail Bajtin tiene como piedra angular de sus teorías la idea de que todo enunciado es la puesta en diálogo del discurso ajeno heredado con lo nuevo que se quiere decir. Existe así la palabra a dos voces monodireccional (el autor usa la palabra de otro y sus intenciones no se oponen a las de la palabra ajena) y la palabra a dos voces multidireccional (el autor usa la palabra ajena para expresar sus propias intenciones y se produce un choque de dos voces sobre el tema).

Bajtín en su libro sobre Dostoievski distingue dentro del discurso two-voiced el discurso pasivo (imitación, estilización y variación) y el discurso activo (hibridación, parodización y polemización).

En el caso de Las nuevas andanzas y desventuras de Lázaro de Tormes se desarrolla una suerte de estilización con el Lazarillo original. El cambio es en las situaciones, sin embargo el modelo de seguir amos para continuar la trama vagabunda del protagonista es el mismo. Además el lenguaje y el estilo es similar, la narración por tratados, todos en primera persona, hace que el mundo sea configurado a través de la percepción subjetiva de Lázaro.

La cuestión de la marginalidad del protagonista es cuestionable, a diferencia del primer Lázaro, el de Cela pareciera que solo se encuentra en una condición marginal al principio, ya que luego la situación errante con los franceses y después la estadía con el boticario o con la señora Librada, se alejan de la marginalidad que marcó la vida del Lazarillo primigenio. El hambre deja de ser un factor completamente trascendente también. El primer Lazarillo al parecer tenía más hambre, o al menos la tenía como un móvil más concreto, además de que la padecía más también, era el gran tema por el cual cambiaba de rumbo en su historia de vida, y lo que lo hacía ascender socialmente. De esta manera la cumbre del Lázaro primigenio es buscar una estabilidad que le permita comer. El Lázaro de Cela ignora la búsqueda alimenticia remplazándola por el mero gusto a recorrer. Es una intención picaresca como móvil lo que los diferencia.

El gusto por ser errante está más representado en el Lázaro de Cela, el personaje se mueve por que no puede estar quieto, no porque esté en busca de algo. La estabilidad es de lo que arranca, se aburre y parte, esa es la nueva filosofía. Quizás fruto de una España menos hostil como es la que muestra Cela, el espacio marginal está controlado por otras circunstancias, las cuales son menos peligrosas y más amables con el viajero errante que es Lázaro.

De esta forma Cela recata del primer Lazarillo el estilo de narración, el personaje, el ambiente y algunos motivos centrales. Pero finalmente no contribuye a una nueva construcción del personaje picaresco. El pícaro no evoluciona, sino por el contrario se ha quedado estancado con Cela, el diálogo con la tradición picaresca carece exactamente de eso. No hay un diálogo, en cambio solo hay una reproducción de algo ya sucedido.

El modelo ya conocido con un personaje más pulido incluso, es lo que intenta citar o imitar Cela, sin embargo no lo logra en ningún caso. Los aspectos trascendentales de la novela picaresca se encuentran presentes, no por que Cela los capte precisamente sino por la herencia a la que copia. No hay contribución, no hay innovación mayor, el pícaro es menos pícaro, y lo marginal es menos marginal.

De este modo el nuevo Lázaro es una mera estilización del primero, donde no hay un mayor cuestionamiento de los métodos sino solo una repetición de un estilo que ya estaba quedando obsoleto.


Bibliografía

Cela, Camilo José. Nuevas andanzas y Desventuras del Lázarillo de Tormes. Nascimento; Santiago de Chile, 1953.

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